Es cierto que es meritoria la reducción de la pobreza monetaria a cerca del 28%, a pesar del exceso de entusiasmo del BCRP que el 1ero de enero de este año anunciaba que la reducción alcanzaba el 28.4%. Cuando sabemos que la única entidad encargada de dar esas cifras es el INEI que en mayo de cada año publica esos resultados.

Las metodologías usadas para esa medición pueden ser discutibles pero más discutible es conformarse con esas cifras, es inadmisible que 8.4 millones de peruanos vivan en pobreza.

En el Perú, la principal actividad económica esía, lo que nos convierte  en un país primario exportador, haciendonos dependientes de factores externos y vulnerables a la variación del precio de los minerales en el exterior

Esta economía no basa el crecimiento en la productividad, crece sin generar desarrollo y  aumenta la desigualdad en la distribución del ingreso, ahí tenemos a Cajamarca con la segunda mina de oro más grande del mundo, pero a la vez es el 8vo departamento más pobre del Perú.

He aquí  la importancia de una economía que logre que los mercados internos (tan promocionados en la Gran Transformación)   se desarrollen, generando condiciones para que las MYPES y micro empresas puedan crecer.

Actualmente tenemos un crecimiento del PBI del 8% y a la vez la tasa de mortalidad materna en el Perú es de 400 por cada 100mil en algunas partes de Huancavelica es 6 cada 100 son estas las paradojas que conviven en un mismo país, producidas en parte por la histórica ausencia del Estado en las regiones más pobres del Perú.

Para que ocurra una correcta y justa distribución de las oportunidades, lo prioritario y urgente es construir redes viales de carreteras que comunique a los mercados internos y que le eviten a un niño de 6 años tener que caminar entre 2 a 3 horas para llegar a su colegio.

Así mismo existe una deuda pendiente con el desarrollo de actividad productiva con valor agregado, una economía de transformación de recursos que implique desarrollo de industrias para no generar dependencia de los commodities.

Tal como lo hacen Alemania y Japón, son dos países que no tienen recursos naturales para explotar, que basan su economía en el desarrollo de industrias, en la transformación de recursos, países que perdieron la segunda guerra mundial, muchos hablan del milagro alemán y del milagro japonés, no hay ningún milagro ahí, es la voluntad de todo un pueblo la que hace que un país salga adelante, Japón empezó a vender autos a los Estados Unidos y electrodomésticos a los europeos, se hicieron los mejores en sus rubros y su economía empezó a crecer. Alemania es el segundo exportador de bienes del mundo.

Es cierto que el gobierno actual tiene meritos innegables como el aumento de la remuneración mínima vital, Beca 18, Pensión 65, Cuna Más, Los Tambos, pero todos estos logros se convierten en asistencialistas sin una economía que asegure la justa distribución de la riqueza y de las oportunidades.

Para erradicar la pobreza debemos empezar nuestro trabajo en donde esta se manifiesta en las comunidades rurales y en los asentamientos humanos, y para generar esos cambios debemos empezar conociendo sus realidades al milímetro, es muy fácil plantear soluciones desde la comodidad de una laptop, es cierto que soñar es gratis, pero no hacerlo nos sale caro.